Todas las caras y las cruces del Bitcoin

Todas las caras y las cruces del Bitcoin

Desde que apareció en enero de 2009, esta criptodivisa es la moneda digital más usada de todo el mundo, y cada día que pasa se hace más y más popular. Además, las ventajas que tiene son bidireccionales, tanto para el usuario particular como para el vendedor o empresario. Entre sus características principales resalta que su uso es igual por todo el mundo, ya que no pertenece a ningún Estado. Además, se pueden comprar bitcoins con cualquier tipo de divisa, ya sea monetaria u otras divisas electrónicas, rigiéndose como cualquier otra moneda.

De forma opuesta a esto anteriormente comentado, se encuentra el alto grado de volatilidad de la moneda. En poco tiempo “ha sufrido grandes variaciones en su valor (que se mide en dólares), dejando fuertes pérdidas o apreciándose exageradamente”, tal y como comenta Daniel Yebra, redactor del especializado periódico El Economista. Estos vaivenes son aprovechados por especuladores que ven una perfecta oportunidad de inversión con nefastas consecuencias en la economía real.

A su vez, las transacciones se realizan de persona a persona, de forma directa, eliminando los costosos y lentos intermediarios. Cabe destacar que un sistema criptográfico avanzado la protege de cualquier falsificación o duplicación, que las transacciones son irreversibles y que tu privacidad se preserva dado que no es necesario revelar tu identidad a la hora de llevar a cabo cualquier transacción.

Por otro lado, este dinero no puede ser intervenido por absolutamente nadie, ni el Estado, país, banco o cualquier otro tipo de institución financiera o empresarial. Esta característica se refleja en la seguridad de los usuarios al pensar, verdaderamente, que su dinero les pertenece y que nada ni nadie podrá cambiarlo. Así pues, este es uno de los hechos que hacen que los bitcoins superen con creces las prestaciones que generalmente nos aportan las monedas convencionales.

Por otro lado, tal y como apunta Yebra, “yo no tengo claro quién está detrás realmente, con lo cual este asunto no puedo valorarlo como ventaja. No entiendo la tecnología que la soporta ni estoy convencido de su seguridad”. Además, el periodista asegura haber visto solamente interés especulador en torno al bitcoin.

Una de las principales características, ya antes mencionada someramente, es que abaratan los costes de las transacciones, debido a que los intermediarios son eliminados. Esto, junto a que las transacciones son de persona a persona de forma directa, reduce enormemente el precio del intercambio, ya que se desestiman diferentes comisiones que antes era obligatorio cubrir, como los agravantes de hacer transferencia, por aceptar o usar tarjetas de crédito o débito, por usar servicios de pago online o por usar servicios de envío de dinero. Todo ello se traduce en la reducción de los costes y que, finalmente, las transacciones se lleven a cabo a un precio más justo.

La seguridad a la hora de utilizar nuestro dinero también es primordial para esta divisa digital. Al no tener que revelar ningún tipo de información más o menos sensible no corremos ningún riesgo de que sea sustraída. Del mismo modo, las páginas que aceptan el pago mediante bitcoins tienen la opción de estipular un servicio de fidecomiso, asegurando así que la persona de la que parte el producto tan sólo recibe el dinero cuando el usuario ha recibido, a su vez, el propio producto. Por ejemplo, las webs de subastas o artículos de segunda mano.

En este caso, la opinión de Yebra coincide con la comúnmente aceptada, “aunque la seguridad de la que se suele hablar está relacionada con el sistema de encriptado blockchain, sobre el que parece haber un acuerdo de que realmente ofrece garantías inéditas hasta su desarrollo”. Aparte, no deja pasar la oportunidad de remarcar que “esto tiene que ver con la seguridad en el entorno digital, no con la formación de burbujas especulativas o con la confianza que necesita generar una divisa para no destruir su valor”.

Asimismo, a la hora de crear un comercio es mucho más sencillo empezar a aceptar bitcoins que cualquier otra moneda constituida físicamente y que depende de algún tipo de banco central o intermediarios como centrales bancarias. Por otro lado, los bitcoins están blindados ante cualquier orden de congelamiento o secuestro de lo que comúnmente antes se denominaba como cuenta bancaria.

En cambio, el bitcoin es un riesgo para cualquier empresa o consumidor, porque pueden ver reducido drásticamente el valor de su dinero en cuestión de horas, tal y como especifica el redactor de El Economista. Esta situación se revertiría “si un sistema de criptomoneda se extendiera lo suficiente y generara tal confianza a nivel global para poder ser totalmente independiente”, añade el periodista.

Los mayores defensores de esta criptomoneda no dejan pasar la oportunidad de mencionar que con su utilización se está apostando por la democracia y un uso más racional de la economía que, al fin y al cabo, estaría mucho más cercana de los usuarios que de las élites que la manejan. Quizá, esta idea es contra la que luchan ciertos Estados que ya batallan contra el bitcoin y cualquier otra moneda digital. Tal y como comenta Yebra, “lo que veo factible es que los propios bancos centrales acuñen monedas digitales ‘oficiales’ para combatirlas”. Declaraciones en la línea de lo tratado por el Banco Central Europeo en alguna ocasión y de lo desarrollado por Estonia, dispuesto a introducir una criptomoneda estatal.

 

Guillermo Martínez

Periodista

15.06.2018
 
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